- Y quién chingados te crees tú para evitar que los demás sufran lo que tienen que vivir?
- ...
('ta madre. Otra vez ganó)
- LuMmo.
Si usted compra el cerebro en supermercado, busque que ya venga precocido; esto facilitará el proceso y acortará los tiempos de cocción a la mitad. Si prefiere comprarlo en cefalería será necesario descortezarlo; una vez limpio, corte por el cuerpo calloso y ponga a baño maría el hemisferio izquierdo. Recuerde que dicho hemisferio es siempre más fibroso, por lo que habrá que dejarlo por espacio de quince minutos a fuego bajo antes de colocar el derecho. Una vez hecho esto, puede usted probar la consistencia con un tenedor: si la superficie es suave, y la coloración se ha tornado rosada, entonces coloque dentro de la cacerola también el hemisferio derecho. Este proceso conservará sus propiedades nutrimentales, y el sabor no se perderá por el gratín.
Cuando se hayan cocido ambos hemisferios por alrededor de veinte minutos a fuego medio, colóquelos en una bandeja previamente aceitada, y cubra con una sábana de queso mozarella seco. Esparza pimienta y orégano, y métalo a un horno precalentado a 200 grados durante veinticinco minutos.
Para la salsa de médula únicamente es necesario licuar media taza de sustancia gris con un cuarto de taza de jugo de limón, unas gotas de salsa inglesa, dos cucharadas de consomé de pollo en polvo y vino blanco.
Para la presentación, corte el cerebro en rebanadas uniformes de un centímetro y báñelas con la salsa de médula. Acompañe con cebollines asados, y un arreglo de vértebras formando una flor. Una ramita de cilantro favorecerá el color del platillo.
Bon appetit!
(Receta tomada de la revista Bistro Ghoulmet, No. 74, pag. 19)
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-LuMmo.