24.10.08

Del anecdotario VII.

- "En este momento decido dejar de amarte"

La palabra 'amarte' sólo la intuí; culpa de la inexplicable tormenta que acribilló el techo de la casa en el momento preciso en que sentenciaste olvido.

Cómo lo haces?

- LuMmo.

21.10.08

De la lógica elemental II

¿Sabes qué es lo mejor de vivir en un mundo esférico?

Que si camino

     y camino

          y camino

               y camino

                    y camino en línea recta,

el lugar más lejano al que puedo llegar está justo

detrás de mí.

- LuMmo.

9.10.08

De los cumpleaños y la vida.

. ["Cuando a los cuatro años me quedé encerrado en el ascensor de la casa, mi padre bajó corriendo cuatro pisos para que yo pudiera sentirle cerca en cada instante, para que en cada uno de los pisos yo pudiera oír su voz tranquilizadora al otro lado de la puerta del ascensor. Pero ahora, junto a la puerta de aquel despacho, sentí que las cosas habían cambiado un poco. Ahora sí, mi padre me dejaba solo, solo en el ascensor..."

Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos. Rodrigo Muñoz Avia]

Hoy hablé con El Ingeniero. Siguiendo rigurosos el patrón de mi nombre/nickname, el ingeniero debería llamarse FeMmo, pero se lee ridículo, así que lo dejamos en pá.

Pasa que hoy es su cumpleaños. Cumplió 52 "y no me lo recuerdes" dijo. Es un jovencito.

Sabes? pienso regalarle el mismo libro que te regalé a ti. 'The gods themselves' se llama en inglés, que es como se lo pienso regalar. No es que él sepa inglés; lo está aprendiendo. En la empresa donde trabaja lo obligan los gringos. Además es una edición viejísima que encontré en una librería de viejo. Ah, y es su libro favorito. Ya lo leíste? es una maravilla. También es uno de mis favoritos.

A veces es una mierda parecerse tanto a él. Sobre todo porque no sé a quién (o a qué) me parezco. Yo no conozco a mi padre. Cuando me enojo, caigo en cuenta de que lo peor que podría hacer sería conocerlo. Su apellido es mi retina; nuestro nombre (compartido), sello a contrarecibo de nuestros gestos iguales. La paradoja (por demás de mal gusto) es que mientras más me alejo de sus patrones, de su herencia, menos cómodo me siento.

Hoy le conté de ti, de mí, del nosotros que ya no conoció, y de este nosotros precario en que paso las tardes recostado. Él me habló de mis hermanos. Es curioso que los llame así; y más curioso recordar que no sólo comparto sangre y apellido con Mi Hermano, el de a de veras, sino con aquellos niños a los que llevó al psicólogo porque tenían problemas de noséqué y otras cosas.

Lo demás es lo de menos. El Ingeniero cumplió hoy 52 otoñitos, espero que bien llevados, y corra este cariño del mayor de sus hijos, su único tocayo. Vaya, de su igual.

- LuMmo

De los viejos encargos.

Ya vi Closer.

No sé qué me querías decir cuando me pediste que la viera... pero me puso triste.


- LuMmo.

6.10.08

De las buenas noticias...

Habitualmente, las palabras recorren un caminito sencillo e inocente: oído-nervios-cerebro, y hasta ahora eso había funcionado bien.

Ayer, tres de tus muchas palabras tomaron ruta propia; "Ya tengo 'moreliano'" dijiste. En nuestro lenguaje, el tuyo y mío, 'moreliano' significa alguien a quien querer.

Aterrizaron suaves al oído. Cuidaste el volumen, el tono, la intención; no dejaste detalle al azar. Respiraste en el momento justo en que había que hacerlo, cerraste los ojos y disparaste.

Una voz después, tus tres palabras recorrían mi espalda hasta la punta del coxis; se alojaron ahí más de lo esperado, de lo deseable, y al final se disolvieron. Creí que el problema terminaba sin muchas bajas, pero sucedió que justo en ese momento, una corriente que venía de la femoral pasaba por ahí, y arrastró, venas mediante, tus palabras de regreso a la caja torácica, lugar donde han estado intoxicándolo todo desde entonces.

El resto de la tarde, cuidaste quirúrgicamente cada palabra, sonrisa, parpadeo. Muy considerado de tu parte. Sé de cierto que es muy difícil y sumamente ingrato. Yo mismo lo hice cuando te enteré de la moreliana que ocupa muchas de mis sonrisas. Tu turno de equilibrar el tablero.

Esta obligación de desearte suerte es, a pesar de mí mismo, un placer. Me da gusto; aún tras la garganta anudada, lo cierto es que me da un gusto inmenso por ti. Mereces ser (más) amada por los que te tienen al alcance de la mano. Habiendo inventado un lenguaje propio cargado no sólo de palabras, sino de gestos, pactos y silencios, incluso nuestro olor es una pista, y ayer que te vi supe que estabas contenta. Somos un matrimonio viejo, lleno de historias viejas y de costumbres viejas y de mañas viejas, y de un amor sabio, aunque al salir de casa nunca recuerde a dónde iba.

Vive feliz, que de este lado las cosas siguen como hasta ahora. Sigues siendo todo lo que fuiste, y sé ser lo que te he sido siempre.


- LuMmo.

3.10.08

"Hay tanto que decir y tan pocas ganas de decirlo..."

Defendí que el mundo no era más que un montón de consecuencias entrelazadas, que a veces tomaban el rostro de azares y otras sólo un goteo de buena suerte.

Hoy moría este blog.

Debe ser una mierda que la fecha de tu ejecución coincida con la de tu cumpleaños, pero así le iba a pasar al pobrecito. Hincado en el patíbulo, soplaba su segunda velita mientras imaginaba su encabezado de rana rodando por el suelo.

Cerca de la hora fijada para la ejecución, llegó lo que jamás habríamos anticipado: una orden de clemencia apuradamente escrita en una servilleta, de mano de alguien que jamás habríamos imaginado que otorgaría tal documento.

¿"Y qué (o cómo) se supone que escriba"? A toda respuesta un "No me obligues a obligarte". Esas palabras fueron tan absurdas, divertidas y amenazantes que prefiero mantener el blog un rato más, mientras descubro qué quiso decir quien firmó la servilleta. Pura precaución.

Lo demás, sin novedades.


- LuMmo.