18.10.06

De los inventarios

Dicen los que de esto saben
que tu distancia de palma a palma es mayor que el universo
y nuestras convenciones no sirven de referente:

la amplitud extacta entre tus brazos se mide

en pétalos de rosa,
en letras sencillas
y palabras compuestas,
en promesas acalambrándose de frío,
en tu nombre eslabonado a mi silencio,
en la línea que baja por tu vientre,
en duraznos madurando,
en los vaivenes de algún péndulo entristecido,
en gotas de cobardía, odio, pecado, angustia... ...
y mis pupilas que se abren para mirarte toda
(que hermosa eres...)

y una noche cualquiera,
como esta, como esa,

tú y yo decidimos arrancar las alitas,
una a una, a un enjambre de preguntas;
dejar la vida de murmullos y amanecer nuestros;
compartir madres cuarteadas;
desear lo eterno
(jugar a lo infinito);
improvisarnos pentagramas, notas, silencios, cuadratura precisa;
beber sidra de vagina corazón de manzana;
volvernos lienzo, fotografía en claroscuro, difuminados, resplandecientes,
libres de párpados,

corromper las esperanzas.

Y al final, una sonrisa, sol de media luna.

Al día acabado, algo parecido a una derrota
(cubierta de escamas, de plumas ¿quién lo sabe?)
o a un horizonte para acostarse y apoyar los codos...

PD...

6.10.06

De los dioses y sus carcamalerías.

Sería reconfortante enterarse que Dios, en su caos revuelto, no es un dedócrata autoritario, ni un niño berrinchudo; ni siquiera la inconmensurable finitud de átomos en expansión que nos imponen la física y la costumbre.

Sería lindo darse cuenta que Dios es simple y llanamente un Consejo Universal de Viejitos que discuten, y a ratos se quedan dormidos; y que el caos no es más que la intransigencia de uno, la demencia senil de alguna otra, el Alzheimer de varios, sus sales y linimentos como mejores amigos, y que, en el mejor de los casos, nuestro universito de oscuridad es la sombra de una arruga del pómulo derecho de una anciana que se divierte recordando sus mejores tiempos.

-LuMmo.

3.10.06

De los alumbramientos

Sucede que a veces a uno le da por renacer.

(Como si aquello de salir ensangrentados de úteros, chillando, tosiendo y con lujo de violencia, fuera signo de urbanidad y buenas maneras...)

Más bien, sucede que a uno a veces le da por cambiar de piel. Como víboras o cebollas.

Hoy me tocó a mí. Me presento: soy 'yo', aunque mis amigos me dicen 'tú'.

Lufemol, exLittle Demiurgo, otrora Mostro... Yo.

Dulcecitos de canela en canasta de mimbre junto a la puerta de entrada; hawaianas colgando collares de flores y Alohas dulces al oído; Fanfarrias Chabelescas al pormayor y Bienvenidas de Esterbrook en medias cartulinas fluorescentes, decorando todas una habitación llena de mal gusto...

(Hay buffet)

Bienvenid@s a mi egoteca.
-Welcome to Jurassic Park-

- LuMmo.

PD. Bon appetit.