Novedades.
Seguramente no recordarán (porque recordar este tipo de cosas es facultad del que las escribe y no del que las lee) que la burocracia y yo nos dimos un break hará poco más de un año. Hasta eso que nos llevábamos bien, pero me hizo un chingaderilla, salimos peleados y decidimos probar suerte cada quien por su lado.
A mí, la verdad, no me fue tan mal este tiempo; me volví microempresario -bueh, eso es una exageración... si a prefijos vamos, me volví 'nanoempresario'-. Ella... pues se mantuvo igual que los últimos muchos años: sin temas de conversación, sin hobbies, sin mucha moral que le atara.
Hace dos semanas regresamos. No me pidió perdón, ni yo me arrastré. Simplemente retomamos nuestros amores desde donde se quedaron; sin rencores, sin suposiciones, sin más que un nuevo contrato firmado por ella y por mí.
Por si acaso, el neoliberalismo y yo continuamos siendo socios. Ustedes saben: Sólo por precaución. No vaya a ser que a aquella le entre un berrinche de esos que acostumbra y yo me quede con mi carita idiota sin mis sagrados chocokrispis.
- LuMmo.
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