La expedición es sencilla, te explico: Se trata de recolectar luciérnagas a medio día.
Se trata de untarnos de vida todo el cuerpo
y vagarnos las pieles con la lengua.
De suponer a ciencia cierta.
Se trata de eslabones que no crean cadena, sino remedios caseros contra los males.
(A lo más, contrabando de apellidos)
De confiar en que la cera de las alas no se derrita con el sol.
Así, colegabunda, se trata de componer sonatas con el bemol de tus pezones,
de acarrear aguanieve de tu boca a mi noria;
nos tratamos de tú y de yo, y de un nosotros sin guarnición.
-De repartir tréboles a los muertos; de comer planetas con las manos.
Se trata de cazar serpientes que ofrecen manzanas, como las brujas de los cuentos-
Nuestro viaje entonces, juego de niños,
se trata de que, al final del día y sin remedio a vista, tu sonrisa se confunda con mi buena suerte.
(Ven, te invito)
-LuMmo.