Los blogs son volubles por naturaleza. Su condición de escaparate los vuelve sensibles a la indiferencia.
Cada vez que abandono este este blog por periodos largos, ya sé que al regresar, los conteos regresan a prácticamente cero. El Tragaluz ya se va acostumbrando a ratos de inanición creativa más o menos duraderos en los que la red neuronal de su división de creativos (léase yomero) no alcanza a empatar engranaje y se avienta puntadas como la idiotez de las uñas de gel de abajo.
No tengo más que ofrecer, y no tengo ganas de hablar de mis complejos (que mierda tener complejos que se van simplificando de a poco. Cómo se les llama entonces? simples?), las neurosis que colecciono o el devenir diario (no es una gran palabra: devenir?) No hay nada que decir. Este post se resume en un no tengo nada que decir. Se rebela a su condición, supongo. O no, quién sabe.
Alguien escuchó el Antibolero de Virulo? O la descripción que hace Morla, la tortuga gigante, de la Nada, en La Historia Interminable? Algo así.
Espero entenderán el bache con forma de ojo de huracán.
- LuMmo.
PD. A que me quedó pocamadre mi Calcifer.
1 comentario:
"Devenir" es una gran palabra...
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