Dijeron que estábamos locos. Dijeron que éramos una pila de retardados; que cuándo creceríamos. Se burlaron de nuestras horas frente al televisor, el pecho empapado en saliva, las pupilas petrificadas, los dedos en ángulos extrañísimos, amoldados siempre a los botones.
Creyeron que eran jueguitos. "Nientiendo" decían los más obcecados; desdeñaron al "pleisteishon", torcían la boca apenas escuchaban "exbox". Del Super Famicom, el Sega Génesis, o el Dreamcast ni hablaron. No vieron más allá de la baba en el pecho y los dedos engarrotados.
Al final de cuentas quién tenía razón? Ahora se reveló nuestra real naturaleza: estábamos entrenando.
Esto de la gripa de los puercos sólo tiene un posible desenlace: la conversión, gradual pero inevitable, de la raza humana en zombies.
Todos aquellos cuya voz condenó a los 'juguetitos' ahora tendrá que morder su propia lengua, porque nosotros, los retardados, sabemos exactamente qué hacer. "Zombies ate my neighbors" nos lo dijo hace muchísimo tiempo. "Ghouls n'ghosts" reafirmó el mensaje. Y desde ahí, las franquicias Resident evil y Silent Hill nos han ido entrenando perfectamente para saber qué debe y qué no debe contener nuestro kit anti-zombies.
Comida enlatada? Agua? Documentos importantes? jo! que absurdo. Los que de esto sabemos ya estamos preparando nuestra shotgun ("escopeta", para los legos), una magnum (por si hay periodos largos en que no encontremos municiones de shotgun en los cajones de los burós), un cuchillín cebollero rebana-zombies, un spray de primeros auxilios (dos o tres, por si acaso), una lámpara y el mapa completo de la ciudad en que habitamos. Quién necesita chilorio enlatado si hay zombies gripientos que amenazan nuestro saludable cerebro?
Esto de la gripa de los puercos sólo tiene un posible desenlace: la conversión, gradual pero inevitable, de la raza humana en zombies.
Todos aquellos cuya voz condenó a los 'juguetitos' ahora tendrá que morder su propia lengua, porque nosotros, los retardados, sabemos exactamente qué hacer. "Zombies ate my neighbors" nos lo dijo hace muchísimo tiempo. "Ghouls n'ghosts" reafirmó el mensaje. Y desde ahí, las franquicias Resident evil y Silent Hill nos han ido entrenando perfectamente para saber qué debe y qué no debe contener nuestro kit anti-zombies.
Comida enlatada? Agua? Documentos importantes? jo! que absurdo. Los que de esto sabemos ya estamos preparando nuestra shotgun ("escopeta", para los legos), una magnum (por si hay periodos largos en que no encontremos municiones de shotgun en los cajones de los burós), un cuchillín cebollero rebana-zombies, un spray de primeros auxilios (dos o tres, por si acaso), una lámpara y el mapa completo de la ciudad en que habitamos. Quién necesita chilorio enlatado si hay zombies gripientos que amenazan nuestro saludable cerebro?
La evolución nos marcó. Los zombies ya vienen, y sólo los más fuertes sobrevivirán. Ejem..! sobreviviremos. La selección natural prevalecerá, y la fuerza que no tenemos en los músculos (un tanto atrofiados, por supuesto, por aquello de pasar horas frente al dispositivo de entrenamiento) la ganamos en experiencia frente a la pandemia que atisbamos muchísimo antes que cualquier ciudadano común.
Y a los que no sobrevivan, estén tranquilos: nosotros nos encargamos de repoblar la Tierra.
- LuMmo.
1 comentario:
son influenzombies, colega... influenzombies...
je.
besos.
yo
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