Alguien ha leído Recolectivo? muy probablemente sí. Es uno de esos experimentos blogueros en los que un montón de camaradas, algunos con tufos de literato, otros nomás por gusto, afinan teclado y escriben semanalmente sobre un tema determinado, impuesto por el ejercicio mismo y distinto, como ya dijimos, cada semana.
(Que pinches bolas me hago explicando las cosas... y así quiero que entiendan lo de los engarces sinápticos... mierda... a ver qué sale)
Bueno, pues el último tema elegido por los arriba mencionados es uno en el que imaginan que deben escribir un post el mismo día en que se impuso el ejercicio, pero cincuenta años después. Esto es, el 27 de enero de 2059. Este ejercicio me llamó la atención como sucedió con otro en otras circunstancias, en otro experimento colectivo con -casi- los mismos participantes. Aquella ocasión mandé mi escrito pero por razones de quéséyo no fue publicado. Ahora sólo les tomo la idea, y ojalá que quien la haya propuesto no se enoje si por ancas del destino lee esto. Que lo vea como un... eh... homenaje o algo así.
Acá va:
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Hoy contamos tres semanas de que murió mi abuelo. El mismo día en que nació, pero 77 años después. Dejó su testamento albergado en el recorder. A papá le dejó un prisma de carbono divertidísimo que perteneció a su propio padre; es decir, a mi bisabuelo. A Anil le dejó un difractor fotónico viejo, de los que sólo tenían tres colores, y la muy goleta está encantada con esa porquería. Se dedica a holografear todo el día, y mamá está desesperando. A mí, en cambio, me heredó algo mucho mejor: el engarce sináptico de un montón de cosas de su vida. Maura dice que para qué sapos quiero toda esa info vieja, que qué desperdicio de celdas; la verdad es que no lo sé, pero el regalo me ha encantado. Sólo conozco a dos personas que recibieran un engarce: una es la mayor de los niños Coperani. Su papá le dejó la información de su empacadora de soylent, cosas financieras o algo; la otra es Fatua, por cumpleaños le engarzaron los recuerdos de un viaje que hizo su abuela a Buenos Aires antes del cráter. Dijo que era una ciudad hermosa.
Acudí a Fiat Lux, la clínica en que mi abuelo dejó la info. El neurotecnista me vio algo nervioso y explicó en qué consiste el proceso, tranquilizándome. Resulta que la persona a, suponiendo mi abuelo, se somete a un proceso de Decodificación, extrayéndole cierta información específica directamente de la corteza cerebral; esos recuerdos se procesan en el automa por tres pasos: "Conversión" "Recodificación" y "Encriptamiento". Con eso, la info sináptica se guarda en el automa de la clínica hasta que el sujeto b, así yo, se somete al último paso, el de Germinación, generándose en su propio córtex recuerdos artificiales directamente copiados del sujeto a mediante pulsos electromagnéticos. Voilá! Recuerdos nuevos. El neurotecnista dijo que esa info se elimina inmediatamente del automa de Fiat Lux, para evitar más calcas.
No sé cuánto habrá ahorrado el abuelo para cubrir los gastos de un engarce sináptico. Es carísimo; al menos serían trescientas mil umas, considerando la cantidad de info que almacenó. De cualquier modo mi Germinación fue rápida y no dolió. El neuro advirtió que no debía forzar recuerdos, que aparecerían en un periodo no mayor a tres días, partiendo de hoy. Salí de la clínica y tres veras más adelante el primer recuerdo sorprendió: un sistema de bitácoras arcaico, alojado en el Internet (el antecesor de nuestro Multivac) en el que mi abuelo escribía cosas personales bajo el seudónimo de LuMmo. Cuando "recordé" su seudo y lo asocié con su nombre, reí. Busqué el sistema de bitácoras "Blogger": cerró en '38, aunque con algo de hackeo básico aún se puede alojar la info en su sistema (servidor, le llaman). Además, el abuelo tuvo el detalle de heredar su 'contraseña' (un sistema bobísimo basado en cifrado de algoritmos con el que protegían la info, antes del mapeo arterial, e incluso previo al reconocimiento vocal). El abuelo era tan obvio y tan impredecible a una vez, que ya estoy ansioso por que "caigan" (decía él) los demás recuerdos. Veremos qué pasa. Seguimos informando.
Y homenajeando al abuelo muerto:
- FaMmo.
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Ahí se acaba el cuento. Está medio "acá", pero la verdad me divertí mucho escribiéndolo. Es divertido hacer un homenaje póstumo a uno mismo. Catárticamente recomendable. Ahora son las 4 de la mañana y debo levantarme en hora y media, así que sólo me resta decir que espero comentarios.
Ahora sí, yo:
- LuMmo.
4 comentarios:
Hermano, ke cosa tan chula, sólo me moskeó el simil a Totall Recall, pero la cosa de las palabrejas, artilugios y tus códigos personales, kedaron chingones.
Un abrazo.
Miau
P.S: Recuerda ke aparté el 21.
Jo! grax, mi hermano. Verdad que no tiene ni un pijo de Orwelliano ni Huxleiano ni esas mamadas que le quieren colgar? alguien, por Freud, tenía que notar que el Governator es mi verdadera bibliografía.
Y ya está: el 21 como quedamos.
Abrazos.
oye, me gusto eso de leer a tu nieto... Tengo un par de controversias sobre el autohomenaje pero ya las discutiremos el 21 (que chido que vengas, ya te quiero ver) y estoy de acuerdo con morocco sobre las palabrejas y los artilugios, no sé que sea Totall Recall ahorita lo googleo...
Besitos
me
¡Vaya que inspirador!
Sobre todo para los que no tenemos tantan habilidad para escribir como la tienes tú.
Muy buen blog.
Me voy a tomar la libertad de embarcarme en el mismo ejercicio.
¡Felicidades!
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